Buenos días inútil realidad.
Y me parece increíble que hace unos segundos estuviese paseando de su mano, a dos centímetros de sus labios. Y parecía tan real. No es posible que esté sobre mi cama una estúpida mañana de julio con los ojos empapados de lágrimas. Y como una niña me repito mil veces que no puede ser, que no es real, y quiero volver, y lo intento. Pero por ahora no, quizás toca esperar otra noche de julio.