Sólo pido que cojamos el coche sin pensar un destino y sobrepasemos los límites de velocidad, que hagamos todo lo que nunca nos atrevimos a hacer, todo lo que queramos hacer, cuando y donde sea, que seamos sinceros de una vez por todas, que nos bañemos de madrugada en la playa, que dejemos los prejuicios, que no tengamos miedo, que corramos delante de la policía, que veamos una película y comamos palomitas, que imitemos después a los actores y nos sepamos el guión de memoria, que bebamos y fumemos cuando nos dé la gana, que creemos nuevos recuerdos, que paseemos por la orilla y veamos un atardecer para despues decir que es demasiado romántico y nos colemos en alguna fiesta, que observemos a la gente pasar e imaginemos sus vidas, que nos conozcamos por primera vez, con autopresentación incluída, que hagamos una guerra con globos de agua, o no, mejor de almohadas o de miradas, en esas siempre gano, que me dejes sorprenderte, que gastemos bromas telefónicas, que grabemos nuestros nombres en cualquier parte de la ciudad, que nos riamos de cualquier detalle, por pequeño que sea, que me entiendas con la mirada, que no nos arrepintamos de nada, de nada. Sólo pido una noche a tu lado, y no, cuando digo a tu lado es a tu lado, ni encima ni debajo, a tu lado, sólo eso.
Y si después de todo eso no has sonreído ni una vez, no se te ha pasado por la cabeza abrazarme, no has pensado que al menos podríamos llegar a ser buenos amigos, me iré sin echarte nada en cara, sin rencores, como tú me lo pidas, pero al menos lo habré intentado.