domingo, 2 de enero de 2011
Publicado por
A.
Vuelves a plantarte frente al espejo antes de salir de casa, asegurándote de que hoy estás perfecta, convencida de que esta noche es tuya, que nadie te la va a arruinar, nadie. Pisas la calle y el sonido de tus tacones advierte que vas pisando fuerte, como sólo tú sabes. Los recuerdos acuden a tu mente pero los difuminas con el pincel que hoy ha agrandado tus ojos. Sin embargo, no consigues engañarte, ni siquiera esta maldita noche. Comienzas a imaginar cada momento con él, piensas que una casualidad tras una esquina te puede regalar unas palabras o una simple mirada suya... Sabes que no, que un clavo no saca otro este clavo, que tus ojeras llevan su nombre, que hoy, en realidad, lo buscabas a él. Porque sí, no te quieres engañar, hoy has vuelto a aferrarte a la estúpida ilusión que tú misma has creado, ¿por qué engañarnos?