sábado, 22 de junio de 2013

19

- ¿Cuánto?
+ De aquí a Marte.
- Marte está muy cerca...
+ Era lo más lejos que se me ocurría... 







8 tumbado.

domingo, 14 de abril de 2013

#1


"¿Qué ocurre cuando una persona te cuenta que ha soñado contigo el mismo día que tú has soñado con ella? Quizás no deba considerarse un sueño, porque ha existido más allá de los límites de nuestra cabeza. Ha casi rozado la realidad desdibujándose un poco antes de que abriéramos los ojos. No sé, a veces no me atrevo a decirle a alguien que he soñado con él o ella, pero quizá se esté callando lo mismo. Y haya sido el travieso comité de los sueños siameses el que en el momento de perder la noción de la razón, y a través de un estudio molecular de nuestros deseos, ha sintonizado, a la vez, un mismo sueño, para dos personas que tímidamente sueñan lo que no se atreven confesar.
Nos vemos en un sueño, en la coordenada 5,20,21,5,12,1 este."

(Texto de otro blog!)


lunes, 25 de marzo de 2013

Siempre en el límite.

Amores que matan nunca mueren pero no hay mal que cien años dure.

martes, 26 de febrero de 2013

Querida yo. Parte 2.

El peor momento del día llega cuando te plantas delante del espejo y empiezas a desmaquillarte, asoman esas ojeras de malas noches, esos ojos cansados, la piel pálida, cansada de fingir. Ya no queda nada que esconda lo débil que puedes llegar a ser, natural. Te convences a ti misma, crees que puedes con todo, que debes poder con todo, es lo que esperan de ti, no puedes fallar; sonreír pase lo que pase, olvidabas que tú también tienes derecho a llorar, a gritar de vez en cuando, ser como eres y no como querían que fueses, a equivocarte.
Él siempre tuvo razón, esa inseguridad te mataba, siempre fuiste demasiado dura contigo misma.
¿Preparada? Atenta, respira: no eres perfecta y nunca lo serás, acéptalo, intenta ser feliz de una vez.

jueves, 21 de febrero de 2013

Suerte

"Hace tiempo leí que con 50 años habremos conocido a lo largo de nuestra vida a unas 20.000 personas. Haciendo una regla de tres, obtuve que un joven de 17 años habría conocido aproximadamente a 6800 personas. Pongamos que la mitad de esas personas, es decir 3400 son hombres y la otra mitad mujeres. Y supongamos que de esos 3400, solo 1/3 están dentro del  margen de edad en el que se incluyen todas las personas con las que podríamos tener una relación. Es decir, descartamos 2/3, donde se encontrarían aquellas personas de las que nunca podríamos enamorarnos: familiares cercanos, ancianos, niños pequeños… Nos queda el siguiente numero: 1133,333… Pero redondeando pongamos unas 1000. De todas esas personas, nos enamoraremos de una sola. Estamos hablando de una milésima parte, 0.001. Y a su vez, esa persona se enamorara de una sola entre 1000. De esta manera, la probabilidad de que la persona de la que uno se enamora sea precisamente la persona que se enamora de uno, es según las matemáticas (1/1000) · (1/1000), lo que es igual a una posibilidad entre un millón, 1/1.000.000. Así que, si se diera esa improbable situación de poder estar con la persona que quieres, si el destino ignorase 999.999 opciones y convirtiera esa única probabilidad que había entre un millón, en un hecho, en una realidad, ¿qué sentido tendría no aprovecharla, que mas da lo que venga luego, que importa lo complicadas que sean las circunstancias? Si lo mas difícil, lo que tenía una sola posibilidad entre un millón de ocurrir, ya ha ocurrido."

Una posibilidad entre un millón...


domingo, 30 de diciembre de 2012

Sí, rotundo.

Y resulta que no es tan fácil como creías, que no le hiciste ni puto caso a lo que sentías y te dejaste llevar por el rencor y la dulzura de ver en sus ojos lo que un día sufrieron los tuyos, que no sabes como acabar con esto de una vez por todas.
Que tomar decisiones es arriesgarse y equivocarse, que dejes de pensar de una vez en cómo no hacerle daño y vive para ti.



Que evitar sufrir implica también evitar ser feliz. 

martes, 11 de diciembre de 2012

La tocaba creyendo que era de cristal, como si se pudiera romper en mil pedazos con el mínimo roce acelerado, como si fuera la persona más frágil y delicada con la que se había cruzado jamás.