(Bueno, como parece que ha aparecido de la nada lo que escribí hace más de un año y ya lo he visto un par de veces por ahí, lo vuelvo a poner, porque lo escribí yo y porque soy así de quisquillosa, ea jè)
Podría decirte por milésima vez lo mucho que te quiero, podría comerte a besos o enfadarme contigo para perdonarte después con una dulce recompensa, podría escribirte mil y una cartas y prometerte la Luna y el Sol si te empeñas, podría encadenarme a tí para toda la vida. Podría hacer tantas cosas por tí, por cada sonrisa, por cada abrazo y cada beso... y sin embargo, no acabaría de agradecerte todo lo que has llegado a significar para mí, que me hayas reservado una parte de tu vida que lleva mi nombre, que me hayas demostrado que la magia realmente existe.
Pero
déjame que te pida sólo una cosa, déjame que esté a tu lado hasta
el fin de nuestros días, para que cada mañana pueda darte las
gracias sólo con mirarte a los ojos, para que pueda demostrarte lo
mucho que te quiero sin utilizar una sola palabra, porque lo único
importante aquí somos tú y yo.