miércoles, 1 de agosto de 2012

"Acabamos como empezamos, como perfectos desconocidos."

Saber que esta vez es "adiós" y no "hasta luego", esta vez sí. Como cuesta eh! Que los besos, las sonrisas, las ganas de verte, echar de menos, todo eso que tú y yo sabemos, ya no tiene sentido, ninguno, y dentro de poco, muy poco, menos de lo que creo, pasarán a ser simples recuerdos, difusos, nublados. Quizás ni me saquen alguna sonrisa. Pasaré por tu lado y ni si quiera tendré la necesidad de comprobar si tienes una arruga más, si sigues usando la misma colonia, si llevas puesta esa sonrisa que me encantaba tanto, si sigue en tu cuello lo único que me hacía sentirte cerca. Nada. 
Pero ¿sabes qué? No es ningún drama. Las personas entran y salen continuamente de tu vida, los cigarrillos se consumen, el invierno se pasa, hasta tu pintalabios preferido se gasta. Los sentimientos cambian, desaparecen. Ya lo dicen, "que si algo duele nada es para siempre", que quien juega con fuego se quema y que lo peor no es el fuego, sino las cenizas.
Nunca volveremos a mirarnos, como antes, no volveré a escuchar tu voz, ni siquiera rozaré tímidamente tu piel. Dejaremos de existir el uno para el otro. Y todo, porque si cariño, lo fuimos todo, puro sentimiento, quedará en nada, la nada más absoluta, fría, helada, cruel. Porque ni tú ni yo tendremos el valor de mirarnos a los ojos, inundarnos de recuerdos y dejarnos llevar por esa locura de verano que una vez nos hizo fuertes para luchar por un "nosotros" que tenía los días contados.
Adiós, encantada, gracias, buena suerte y demás gilipolleces.